Nacionales

El grito de independencia verdadera ante los traidores que buscan unificar la patria de Duarte, Sánchez y Mella

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Por Winston Hernández
@winstonnoticias

A lo largo de los años, ciertos seudo-historiadores han vendido su pluma, mientras que algunos dominicanos transculturados han intentado desdibujar nuestra identidad. Hoy, estos individuos se presentan como aliados de una cultura que, históricamente, ha intentado suprimir la nuestra. Son los mismos que alquilan propiedades y, por ambición económica, explotan la mano de obra dominicana, defendiendo a quienes han mostrado reiterado desprecio por nuestra soberanía.

Estos personajes han ultrajado nuestra bandera, la han incendiado y han deshonrado su significado. Nuestro emblema patrio, que en su escudo lleva la Biblia abierta en Juan 3:16 con el mensaje «Y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres», ha sido pisoteado por aquellos que no respetan nuestra nación.

Hoy, un grupo de dominicanos traidores se pone del lado de quienes han demostrado ser enemigos de nuestra identidad, ignorando que los haitianos, como afirmó Joaquín Balaguer, son extremadamente nacionalistas. Son ellos quienes deben encontrar soluciones a sus propios problemas, en lugar de pretender que la República Dominicana los asuma.

Hemos visto cómo intentan imponer su cultura tribal en nuestro territorio, mostrando resistencia a las leyes dominicanas. No respetan el orden establecido y transgreden constantemente nuestras normas. Su mentalidad expansionista sigue el mismo curso que en 1844, convencidos de que la isla entera les pertenece.

Desde el extranjero, un grupo de exiliados haitianos difunde mentiras y odio contra la República Dominicana, apoyados por ONG sesgadas que responden a los intereses de Francia, Canadá y Estados Unidos. Estas mismas naciones deportan a miles de haitianos indocumentados cada año sin recibir críticas, mientras que la República Dominicana es atacada por aplicar medidas similares en menor escala.

Mañana, el pueblo dominicano se hará presente en Friusa, bastión de los inmigrantes ilegales haitianos, quienes durante años se han apropiado de un espacio en nuestro territorio. En respuesta, los sectores prohaitianos han lanzado una campaña de desinformación, negando la realidad de lo que ocurre en esta región. Sin embargo, la historia demuestra cómo la impunidad ha prevalecido en esa zona durante demasiado tiempo.

Es momento de despertar. La carga haitiana y la evasión fiscal van de la mano, afectando directamente a nuestra economía y nuestros recursos. No podemos seguir permitiendo que los difamadores de nuestra identidad continúen su cruzada de manipulación. Si es necesario repetir la gesta restauradora, lo haremos sin miedo.

Los traidores son una minoría. Mañana, la nación demostrará su determinación. La solución al tráfico y la trata de indocumentados haitianos es impostergable. No permitiremos que se sigan usurpando nuestros empleos, nuestra salud y nuestra educación. Friusa nos espera.

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