Sectores arrocero y ganadero del Bajo Yuna enfrentan cuantiosas pérdidas por lluvias y fenómenos atmosféricos
BAJO YUNA, Rep. Dominicana. – Los torrenciales aguaceros que han azotado la región del Bajo Yuna en los últimos días han dejado serias consecuencias para los productores de arroz y ganaderos, quienes enfrentan cuantiosas pérdidas debido a las inclemencias del tiempo. El impacto ha sido devastador, con la cosecha de arroz caída y germinada en los campos, y la producción de pasto para el ganado gravemente afectada, lo que pone en riesgo la estabilidad económica de miles de familias de la zona.
Los productores de arroz aseguran que el paso de estos fenómenos atmosféricos ha dificultado la recolección del grano y dejado los cultivos en condiciones desfavorables. Según testigos y afectados, gran parte de la cosecha de arroz se cayó al suelo y terminó germinando, lo que reduce drásticamente la cantidad de grano apto para la venta. Además, los productores lamentan que no pudieron contar con el respaldo de la Aseguradora Agropecuaria Dominicana (AGRODOSA), que inicialmente cobró el seguro pero luego devolvió los fondos, lo que dejó a los productores sin garantía de cobertura ante los daños.
Por otro lado, los ganaderos de la región también enfrentan serios problemas. Las lluvias han destruido gran parte del pasto destinado a la alimentación del ganado, lo que los ha obligado a adquirir silos de maíz y otros alimentos adicionales para mantener a los animales. Además, las lluvias constantes afectan la producción de leche y carne, ya que el exceso de agua perjudica el aumento corporal de las vacas y reduce la producción láctea, lo que tendrá un impacto directo en el mercado.
Los productores de ambas actividades económicas han expresado su preocupación, afirmando que las pérdidas podrían ascender a miles de millones de pesos, afectando no solo a los grandes productores, sino también a los pequeños y a las familias que dependen directamente de estos sectores. A pesar de la gravedad de la situación, los afectados mantienen la esperanza de que el gobierno intervenga con medidas de apoyo, ya sea a través de ayudas económicas o programas de asistencia que les permitan superar la crisis.
La situación en el Bajo Yuna resalta la vulnerabilidad del sector agropecuario frente a fenómenos climáticos extremos, y pone en evidencia la necesidad de contar con políticas más efectivas de respaldo y cobertura para los productores en tiempos de adversidad.